Autora: Sara / @crea_en_ti
En todos los ámbitos de la vida, incluido el plano espiritual, el proceso de aprendizaje, desarrollo y crecimiento se podría dibujar como una gráfica ascendente pero no lineal.
La mejora es inevitable independientemente de que el camino nos parezca lento y plagado de picos con subidas y bajadas. Los aparentes retrocesos o estancamientos en realidad son retos para impulsarnos a salir de nuestra familiar área de confort.
Un bonito ejemplo lo encontramos en la observación de un niño aprendiendo a caminar, y al fin y al cabo, aquí os quiero hablar también del otro caminar que no es físico.
Lo frecuente es que el bebé empiece por el gateo hasta que su musculatura está suficientemente fuerte para ponerse en pie. Se va agarrando para desplazarse y en algún momento desea lanzarse al vacío con un salto de fe que en algunos casos concluye en el éxito de sostenerse solo hasta llegar a su objetivo, y en otros casos termina en una ligera caída acolchada y no suficientemente dolorosa para romper el llanto.
Así mismo nos pasa a nosotros cuando intentamos elevarnos al nivel de nuestro deseo cumplido o manifestación.
Y es que todos nuestros deseos implican intrínsecamente el crecimiento y la elevación de nuestra Consciencia. Sería imposible desear algo que nos moviera a un nivel inferior, un nivel que ya hemos transitado en nuestro camino del Despertar. ¿Querrías volver a la carencia económica en un ahora donde estás libre de deudas? ¿desearías de corazón volver a sentirte una persona insegura después de haber apostado por ti múltiples veces? Pero sobre todo, ¿realmente crees que puedes desaprender lo aprendido?
Mientras uno está en el proceso de manifestar sus deseos, es decir, se está elevando en Consciencia a un lugar donde no ha estado antes, a un Estado que su corazón ansía experimentar; como el niño, tiene que fortalecer su musculatura para ponerse de pie y alcanzar esa altura.
En este ejemplo la musculatura del manifestador consciente es su fe.
El manifestador necesita fortalecer su fe diariamente para poder alcanzar el punto en que le pueda elevar y mantener caminando en el Estado que desea ocupar.
La diferencia entre el niño y el manifestador consciente es que muchas veces el segundo decide en la primera o vigésima caída que es una batalla perdida mientras que, a día de hoy, no he oído de ningún niño que no lograra caminar porque tirase la toalla.
Cuando te caigas en tu proceso recuerda que no has perdido sino que algo te está pidiendo continuar fortaleciendo tu fe (esa bendita musculatura mencionada) que todavía no está lista para sostenerte y esa es la única razón por la que has caído.
Si la caída ha sido de baja altura anímate pues eso es indicador de que estás muy cerca del nivel que quieres alcanzar, es decir, las dudas o falta de fe son tan pequeñas que estás a punto de haber desplazado totalmente tu Estado actual al deseado.
Cuando la caída ha sido tan fuerte que has roto a llorar en desconsuelo y te duele cada parte de ti el mensaje es “tente paciencia, estás aprendiendo; no quieras correr antes de andar”.
Sea como fuere, se persistente como el niño, porque inevitablemente conseguirás lo que tanto deseas.
Sara
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Instagram:@crea_en_ti
Gracias! La palabra justa, en el momento indicado 💕
Me ayuda la claridad con laque describes el proceso. Gracias
Gracias a tí por tu comentario. ¡Muchos éxitos en tus manifestaciones!