Autora: Sara / @crea_en_ti
Seguramente que hayas oído antes sobre las famosas etapas del duelo, una teoría desarrollada por la psiquiatra Elizabeth Kübler-Ross, muy socorrida en psicología para entender los estadios que se atraviesan cuando sufrimos una pérdida.
Personalmente, me encanta observar mis procesos a través de esta teoría pues, aunque pueda estar en un momento no demasiado grato me ayuda a entender que es solo un paso más y en realidad si estoy avanzando.
Un buen día sin aviso previo el Despertar de Consciencia nos sucede como un aparente incidente que ocurre en nuestras vidas; pues posteriormente reconoceremos que fuimos nosotros mismos los que nos manifestamos las pistas para darnos cuenta que estábamos en un sueño.
A veces de una manera gentil y suave; como la aproximación “por curiosidad” a ciertos libros o prácticas; y otras veces con un bofetón fuerte de la vida, de esos que te tumban en una depresión (por algo le llaman la Noche Oscura del Alma).
Al pillarnos “por sorpresa” este abrir de ojos casi involuntario, el mundo se nos puede desmoronar y entramos en un conflicto interno donde las ideas que hemos estado sosteniendo sobre nada más ni nada menos que nuestra realidad, resultan ser una mentira y entramos en el duelo del Sueño, de la gran Ilusión de la Humanidad.
Siguiendo la estructura de Kübler-Ross nos empezamos a mover a través de las cinco etapas que componen el duelo. A veces, avanzamos a la siguiente para volver momentáneamente a la anterior. Lo importante es que uno seamos conocedores de que el duelo, al igual que un principio tiene un fin. Seguramente puedas identificarte en las siguientes:
- Negación: el entender que todo viene de nuestra mente y nuestra consciencia no suele ser un plato fácil de digerir cuando hemos sido instruidos desde la infancia a utilizar nuestra mente lógica, a amar a la ciencia sobre Dios y a repudiar lo invisible, es decir, todo aquello que requiera fe o que no haya sido demostrado en un laboratorio a través de varios estudios avalados por renombradas Universidades. Nos negamos a creer que aquello que ha llamado nuestra atención sea cierto y nos agarramos a la “casualidad” para dar explicación a lo que YA sabemos, es creación de nuestra mente, pero… ¡¿Como voy yo a crear toda mi realidad?! ¡Eso no puede ser!
- Ira: es sencillo experimentar esta emoción cuando entramos en el conflicto Creador/ Responsable. Acabas de recibir el regalo más alucinante de tu vida, y es que tú mismo la puedes crear como te dé la gana, ahora todos tus sueños están a tu alcance. De repente entiendes que también has creado tus circunstancias actuales y no puedes aceptarlo. “¿Cómo voy yo a haberme manifestado esta situación horrible en mi vida?¡De ninguna manera!”. En este momento confundes responsabilidad con culpabilidad.
- Negociación: Buscas desesperadamente no hacerte responsable de tu creación e intentas negociar como actúa la Ley, intentado otorgarle únicamente poder en situaciones específicas en las que si manifiestas lo quieres; contándote la historia de que solo sucede cuando pones mucha intención en tu deseo y sobre todo mucho trabajo.
- Depresión: Empiezas a entender que la negociación no es posible y la culpabilidad de haberte creado malestar y un pasado y presente incómodos te hunden.
- Aceptación: Finalmente te das cuenta de que el pasado ya se fue mientras le dejes marchar y que tus circunstancias presentes son maleables y las cambiarás a tu favor. Que la Ley siempre ha actuado, aunque no la conocieras y que el saber cómo actúa te va a ayudar a vivir una vida más feliz.
Y tu Despertar, ¿cómo fue?
Te abrazo y te felicito por tu proceso, porque es perfecto.
Autora: Sara / @crea_en_ti