Autora: Marta Rossello
No hay que ir más que dos décadas atrás dónde, antes que nada, debían atreverse a invitarte a un café, ya sabéis, esas citas ‘’excusa’’ para empezarse a conocer y ya si surgía el interés se buscaba el momento para ir a la cama. Ahora se invita a ir a la cama, y ya si surge el interés, se invita a un café.
Se nos olvida que también somos seres emocionales, o puede ser que intentemos obviarlo porque nada desestabiliza más al ser humano que las emociones, no las conocemos y por ello no las controlamos y preferimos destapar nuestra parte más animal. Satisfacer las necesidades básicas es sota, caballo, rey, pero las emociones… es otro nivel, requiere tiempo y madurez y eso, uf! nos aleja demasiado de vivir la vida no?
En que momento empezó a ser más fácil desnudar el cuerpo antes que el alma? Miedo es sin duda la emoción por excelencia cuando se trata de conocer a alguien. Terror a ligar emociones, que no en bares, y que surja la necesidad de conocer y cuidar a esa persona. Exacto persona, que es lo que somos o empezamos a ser al dejar atrás la Edad Media. Pero la dejamos atrás exactamente?
Somos seres vivos con necesidades biológicas controlables, eso es lo que nos ofrece nuestra herencia evolutiva como Sapiens, que al desarrollar el área prefrontal cerebral tenemos básicamente esa capacidad, la voluntad humana o control de decisión. Al existir esas necesidades entonces, hay que comportarse como animales y copular con el primero que huele a endorfinas y está probablemente también en celo? O deberíamos contemplar nuestra condición evolucionada y seleccionar mejor? Aunque fuera solo por ahorrarnos más de un problema.
Nos relacionamos en la epidermis de las emociones, de forma sutil e impermeable, de eso se trata, el preservativo a las emociones, solo faltaba, disfrutar a disfrutar al máximo. Y ahí encontramos los modelos de relaciones destinadas al fracaso que vamos encontrando hoy en día, en cada esquina, grupo de amigos o propias. Por qué? Porque el desinterés no nos priva de que somos un cúmulo de células que funcionan por cuenta propia y que al final si no utilizamos nuestra capacidad racional, nuestro cerebro funciona de manera instintiva y es nuestra parte más primitiva la que se ocupa de a dar paso a la reproducción.
Vivimos buscando la diversión, las risas efervescentes, la desconexión momentánea, un subidón que nos sirva para aplacar emociones o situaciones con las que no sabemos lidiar. Evidentemente sabemos manejar la tecnología como nadie, pero lidiar con emociones? Situaciones embarazosas que nos hemos buscado solos? Para que? Dos vodkas con limonada y un revolcón con cualquiera del montón. Bueno, a ver, algunos se ponen más exquisitos y buscan algún punto en común o físico deslumbrante ya depende de las características personales de cada quién, está claro que ir a la cama sin más puede dar lugar al peor momento de tu vida y tampoco se trata de eso, se trata de emociones fuertes para seguir con tu vida y olvidar lo mal que estabas o sumar más adrenalina a lo bien que estás. Sea como sea, continuar, pasar página e ignorar. Carpe diem y mañana más.
Un momento, pausa. De verdad? Somos más cleanex que nunca, antes nos quejábamos y ahora nos prestamos. Ninguna app tiene más éxito que las RRSS o las que buscan un match y ahí acaba todo conocimiento de seducción. Un click y ya está, a la acción. También durante los fines de semana están los que se atreven a conocer gente a la cara, y cambia algo? Nada. – ‘No quiero nada serio’, antes que decirte su nombre completo, así de surrealista todo. Pasamos a bailar y a gozar la gozadera y aunque no sean de actuar la primera noche, la historia no cambia demasiado la verdad.
Por ello actuamos como personas o como animales? Nos encargamos de satisfacer nuestra necesidad más básica pero la Filofobia está a la orden del día, pánico a enamorarse, por ello estamos rodeamos de relaciones tóxicas, porque solo nos encargamos antes de satisfacernos sexualmente hasta que nos vemos embaucados en una relación pasional, que en el caso de ser satisfactoria dará lugar a la diversión, despreocupación y lujuria y es ahí dónde sin saberlo el cerebro empieza a hacer de las suyas para dar lugar a la única función que le interesa a la evolución, procrear y ya hemos dicho que el preservativo a las emociones y a la razón.
Inconciencia más alcohol y tenemos el mejor cocktail: descontrol del cual fluyen hormonas que ni conocemos. Algunos dirán: para que? Si solo quiero pasarlo bien. Vale okey, pero es que puede que esta vaya ser la última fiesta que entres libre y sin descendencia, así que mejor vayamos a conocerlas.
Como animal vas a estar en el Estadio 1, lo cual hará que estés hasta arriba de testosterona y estrógenos, es decir con el apetito sexual hasta las nubes, muy bien, tus funciones animales biológicas funcionan a la perfección.
De ahí, según tus modelos familiares o de atractiva recompensa creados en la infancia pasarás al Estadio 2 aumentando tus niveles de feniletilamina y dopamina, ya tenemos el flechazo o víctima a disposición, te has fijado en alguien, compartís gusto por la misma música o alcohol y surge la atracción. Podría ser perfectamente aquí si usáramos la conciencia de manera activa, dónde dando explicación de por que nos hemos fijado en una persona y no en otra, podríamos hacer ya un descarte, básicamente con un: no me conviene, no es lo que necesito, me va a traer problemas o no busco nada así en este momento…
Pero vayamos a comportarnos como animales, Estadio 3 ya ha habido cama y los niveles de serotonina se disparan, aunque no lo sepamos no solo son fluidos que se intercambian, las hormonas y neurotransmisores hacen su función, así que junto con la noradrenalina ya tenemos la desestabilidad emocional fruto de la pasión sexual, lo que se conoce como obsesión, porque estar loco de amor fruto de la pasión, no es más que algo muy parecido al trastorno obsesivo compulsivo que da lugar al Estadio 4, acabas de entrar al callejón sin salida, la vasopresina empieza a emerger y la sensación de felicidad nubla la capacidad de reacción y raciocinio, por lo que ya es tarde, mientras sigan en auge estas hormonas no habrá quien salga de esta situación, que junto con la oxitocina darán lugar al apego, el lazo de la pareja, las hormonas de unión, las más peligrosas del sexo. Estas vinculan emocionalmente a dos personas y son sin duda las que dan lugar al abandono de ‘’no busco nada serio’’.
Este es el motivo por el que muchas personas no repiten con el mismo amante más de 3 semanas y permanecen en el Estadio 2. No porque sean adictos a la feniletilamina (caso del conocido Don Juan, el que necesita conquistar a todas porque es adicto a esa chispa de la novedad) no, sino por que es fácil desvincularse emocionalmente del otro antes de que estas hormonas nos nublen la mente y este estadio asegura el desapego, lo cual permite la libertad y dejar el café a parte.
El Estadio 3 da lugar a las decisiones alocadas, incontroladas, absurdas, que en muchos casos se detectan por un distanciamiento del entorno, de los amigos, pérdida de la razón dónde el sujeto se distancia de sus objetivos o ya no los encauza con el mismo tesón que antes de este episodio del ‘amor’ (porque el amor es otra cosa, esto es como hemos dicho una reacción hormonal, que durará mientras dure la resaca).
Y la parte más bonita y peligrosa es el Estadio 4, por ello, es mucho más fructífero y recomendable que hayamos tomado más de 20 cafés con esa persona antes de llegar a la etapa del apego, porque llegar se llega, siempre que nuestro hipotálamo funcione bien y no sufra de alexitimia o incapacidad de enamorarse, un trastorno vaya.
Es por eso, digo yo, que conocer antes con quién te encamas, o al menos si piensas encamarte una temporada, es bastante más provechoso y te permite decidir de forma racional si el otro es de fiar aunque sea solo para ahorrarte alguna que otra ETS, porque ya hemos dicho que el preservativo hoy se pone a las emociones (debe ser que por aquí nos hemos concienciado del calentamiento global y hay que ahorrar en plástico, faltaría más).
La vida esta para vivirla, para disfrutarla, sin duda, pero los momentos de éxtasis en ocasiones salen caros y un poco de cordura nunca viene mal. Los 4 estadios son inevitables, pero diferencian mucho las relaciones fruto de algo pasajero, tóxicas, de los amores de verano a las relaciones sanas y estables. Por qué? Por que después de los 18 meses y en ocasiones antes estas hormonas vuelven a equilibrarse (periodo básico en que la naturaleza a establecido la probabilidad de descendencia, después de ello estas hormonas disminuyen porque hay que seguir dedicándose a la supervivencia), por ello pasado este tiempo muchas parejas se preguntan: Quién es este que tengo al lado? En que momento decidí vivir con él? Pero desde cuando aguanto tus manipulaciones? y es ahí dónde llegan las rupturas.
Ejemplos de antaño, se tardaba en ir a vivir con la pareja, porque se esperaba a conocerla, los padres se presentaban cuando sabíamos que el otro era merecedor de entrar en nuestra casa y dábamos paso a entrar en la cama cuando merecía conocer nuestra máxima intimidad. Hoy presentamos a los padres antes del año, la cama se deshace antes de dar a conocer nuestros dramas y la convivencia se convierte en desavenencia y después creemos que es fruto de la presión o matrimonio y no. Más bien es que lo hacemos todo al revés, empezamos de forma inmadura e inconsciente, paciencia tenemos poca, el compromiso y la lealtad nos parece anticuado y terminamos saltando de relación en relación en la adultez como en la juventud de cama en cama y ahí tenéis las elevadas cifras en divorcios e hijos de padres separados, lo cual dará lugar a una sociedad cada vez más individualista, solitaria y bendita incongruencia más desapegada.
Solo hay que mirar alrededor y encontraremos fácilmente los distintos grupos que encontramos en la sociedad: – Los que se mantienen permanentemente en el mercado (Don Juanes o adictos a la feniletilamina que no pasan del Estadio 2) – Los que van saltando de relación en relación debido a inseguridades emocionales que los llevan a necesitar sentirse amados. pero no son lo suficientemente maduros para elegir o enfrentar las diferentes etapas de una relación (las relaciones tóxicas o las que llegan al estadio 4 no por decisión racional. sino por la propia evolución de los 4 estadios) – Y los que buscan o están en una relación real y lidian con cada una de las etapas de manera racional o conflictiva. Porque no temer al amor no quiere decir que sepamos amar, lo cual ahí ya no solo entran otras hormonas sino la educación, nuestro modelo familiar, habilidades sociales… Que también hay que distinguir entre: los que eligen por intereses personales, de los que eligen desde el amor, y ese ya es otro debate.
A diario vemos parejas que se cuidan más de la imagen que reflejan en las RRSS que de como se tratan mutuamente, y volvemos a lo mismo, al aparentar, a lo superficial, un ejemplo más de que somos una sociedad enferma de la satisfacción inmediata y para que conquistar o cuidar a nadie si estamos a un click de otra cama que no de un café.
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